Cama con dosel

Cama con dosel 3

Las mujeres más románticas sueñan con grandes camas con dosel.

El dosel fue la solución que encontraron hace muchos años, no precisamente los diseñadores, que entonces no existían, para proteger del frío de las grandes casas, por no decir palacios, difíciles de calentar por su gran superficie.

La solución que se encontró, fue la de mantener el calor que las personas generan entre grandes y espejos cortinajes que colgaban de los doseles sobre y al rededor de la cama.

En la actualidad con las calefaciones tan potentes que tenemos no es un artículo necesario para mantener el calor, pero ha quedado plasmada en nuestra retina como el ideal de las camas de las princesas o reinas en los palacios,  en definitiva un icono de romanticismo.
Aún existen lugares donde los doseles pueden salvarte la vida, no por la falta de calor, sino porque poniendo suaves y traslúcidos textiles de gasa impiden que los mosquitos transfieran peligrosas enfermedades.

Estos doseles, más livianos, también forman parte de esas señoriales casas en lugares exóticos donde las dulces y blancas inglesas, tan débiles y delicadas, se protegían de estos peligros en habitaciones del tamaño de nuestro salón, si no de toda nuestra casa.

Así que ya véis de donde procede ese gusto por el dosel, son sueños de princesa, de mujer blanca y rica, de la élite, del lujo y del galmour.

No suele ser fácil poner un dosel en una habitación de tamaño estandar, porque se come mucho espacio visual, pero puede haber alguna forma de que puedas convertir tus sueños en realidad como muestra la fotografía de la portada.

Una cama de hierro forjado y un dosel del mismo material al necesitar un grosor menor ocupa menos espacio visual.

Si lo combinas con los muebles tal y como se ven en la fotografía la uniformidad hará que el dosel sea un componente decorativo más.

 

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