1. Juega con la paredes
Las chicas están en ese punto peligroso donde adolescencia y niñez se encuentran de frente, y aquellos que las expresa no puede ser ni muy infantil ni muy riguroso, ni muy desinhibido ni excesivamente escolar. La solución: apostar por los colores juguetones, en gamas medias y matizados por la presencia de colores neutros como el arena o el crema. Las claves: jugar con las paredes, usando figuras geométricas, sin devorar el espacio, y replicando con motivos geométricos en las telas y los detalles.
2. Muebles y detalles de fantasía
Si las paredes y el ambiente expresan una naciente independencia y una sosegada madurez, los muebles y los complementos son esos objetos donde las chicas se permiten una mirada por encima del hombro para salvaguardar su ternura y los pequeños tesoros de la infancia: muebles infantiles reciclados con colores vibrantes, sillas y sofás individuales en todos los colores y tamaños, repisas coloridas decoradas con viejos juguetes y lámparas de pie anchas y de colores brillantes.
3. El espejo
Lo que separa a una niña de una adolescente es el tocador: todo un manifiesto de individualidad. La mejor solución: un mueble vintage, reciclado, con tratamientos de color resistentes, con cajones y gavetas brillantemente perfilados y un gran espejo de forma circular, . El taburete a juegos es, también, un detalle imprescindible.
Fotos | BHG