Tener un espacio reducido no es pretexto para disfrutar de un gran ambiente. Existe un gran número de soluciones visuales para crear la sensación de un ámbito mayor. Y en ese aspecto los colores de las paredes, telas, tapizados y complementos son valiosos aliados.
1. Usa colores apagados.
Los crudos, el celeste, el esmeralda son colores que en su aparente “suciedad” encierran un arma inestimable: la sensación de profundidad. Entre más cercana de la escala de gris, mayor la sensación de espacio hacia dentro del color. Úsalos en las paredes de un baño reducido o de un salón acotado, y duplicarás la sensación de libertad.
2, Emplea el mismo color en paredes, telas y tapizados
Una solución arriesgada pero que premia el coraje: el mismo color utilizado en los principales elementos de un ambiente pero en diferentes gamas “despega” el fondo del mobiliario de un modo sutil pero efectivo. La clave: emplea colores más claros para las paredes, un poco más oscuros para las cortinas, y sobre la gama de grises para los tapizados.
3. Evita motivos y estampados
Prohibidos tanto en paredes como en telas. Los dibujos “cierran” el espacio, aglomeran el color y cansan la mirada. Nada fuera de las rayas, que bien utilizadas y en vertical pueden hacer verse más alta a una pared. Nunca en un sofá ni en una cortina.