Es una lástima que a medida que crecen los niños, no crezca el piso a proporción, así no tendríamos que hacer malabares para que cada uno tenga su sitio en casa para trabajar o jugar.
Por eso son muchos los que comparten habitación con los niños, concretamente su cuarto de juegos, también es el despacho donde se trabaja tranquilo en casa. Pero para que la convivencia sea efectiva, cada uno debe tener su propio espacio en esa habitación.
Los dos necesitan tener sus propios objetos en orden, por eso el adulto tiene una mesa escritorio con el ordenador, la impresora y otros objetos, mientras que el niño también quiere una mesa en la que poder dibujar y pintar cómodamente.
Para organizar sus juguetes, colores y peluches, los niños también tienen unas estanterías con cajones para poder guardar piezas pequeñas. La altura de estos es la misma que los pequeños, así les es más fácil acceder a ellos mismos a todo. No se trata de ningún mobiliario especial, sino que es la conocida Expedit de IKEA, que consigue recoger todo y despejar el resto de la habitación.
Para resaltar el espíritu creativo de los niños, han colocado un pequeño móvil del techo con pinzas donde cuelgan sus dibujos. Cuentan los padres, que los niños cada vez que entran a la habitación sonríen y celebran con mucho entusiasmo sus dibujos expuestos.
Un espacio amplio para poder compartir, aunque seguramente no sea el sitio más silencioso para trabajar, pero es una forma de estar juntos una vez llegan los padres a casa. También es cierto que los niños imitan todo lo que ven de los mayores, así que si te ven trabajar y esforzarte por lo que te gusta, ellos también lo harán.