Prestando un poco de atención a las fotografías podremos ver lo qué tienen en común los baños árabes que luego podremos trasladar, en alguna medida, a los nuestros recreando ese ambiente tan exótico y relajante.
Un color prevalece en los baños árabes y es el rojo que debido a las tenues luces, de que disponen, se convierte en un granate. Un rojo inglés, podría valer.
Azulejos, si en algo destacaron los árabes fue en el uso profuso de azulejos con muy variados colores y formas.
El ambiente, que era de penumbra, la luz provenía de las famosas celosías que dejaban pasar la luz suficiente pero no el calor.
Iluminación, la aportaba las lámparas que conocemos como granadinas, de inconfundible origen árabe.
Lo más importante sus arcadas, tan características y que los españoles conocemos tan bien.
Mury, un beso.