Conseguir dormir la noche entera de un tirón es un sueño inalcanzable para millones de personas. Hay personas a las que les cuesta conciliar el sueño debido al estrés del trabajo, enfermedades que les privan de un descanso reparador o no contar con un colchón ideal. En muchos otros casos, el problema se encuentra en unos hábitos inadecuados de sueño, malas prácticas que repercuten negativamente a la hora de irse a la cama. Para todas estas personas van dirigidos nuestros consejos que, esperamos, os ayudarán a dormir mejor.
La clave: la zona de descanso
Una de las cosas más importantes para conseguir un buen descanso, es hacerlo en un dormitorio tranquilo y alejado del bullicio. Además del ruido, es importante contar con un buen colchón que se adapte a nuestras necesidades. Tipos hay muchos, cada uno con unas características diferentes. Solo tenéis que visitar el portal Hypnia para encontraros nueve colchones para adaptarse a cualquier persona.
Además del colchón, también es muy importante que dejemos fuera de esta parte de la casa cualquier tipo de aparato electrónico ya sea smartphone, tablet u ordenador, ya que constituyen elementos que perturban el sueño. Este lugar debería estar completamente a oscuras y a una temperatura agradable.
Tiempo de descanso
Cada persona es un mundo y no todo el mundo necesita las mismas horas de sueño para recargar completamente sus pilas biológicas. De forma habitual, se recomienda que una persona descanse entre seis y ocho horas, aunque se recomienda que estas horas oscilen entre las siete y las nueve para aquellas personas de edades entre 18 y 64 años. En el caso de los adolescentes, se ampliaría al rango de 8 a 10 horas y en los niños muy pequeños entre las 11 y las 14 horas.
Cuidado con la comida y la ingesta de alcohol
Comer mucho antes de irse a la cama no es buena idea, ya que tendremos una digestión más pesada que nos impedirá descansar bien. Lo más recomendable es cenar de forma moderada y varias horas antes de irse a dormir, para que nuestro cuerpo pueda llevar a cabo una correcta digestión. Tampoco es recomendable beber alcohol antes de dormir. Este tipo de bebidas inducen al sueño, pero este resultará poco profundo, fragmentado y poco reparador. Por último, tampoco es bueno abusar del café en las horas previas al descanso: el café lo reservamos para la mañana o para la hora de comer.
Olvídate del trabajo
Los asuntos laborales o los conflictos familiares son lo último en lo que hay que pensar antes de irse a dormir, aunque en la práctica esto puede resultar muy complicado de conseguir. Para ello, antes de dormir, dedica un poco de tu tiempo a una actividad relajante que te ayude a bajar el nivel de actividad mental. Por ejemplo, leer o ver una serie de televisión, pero siempre fuera de la cama. La cama solo es para dormir.
Haz ejercicio durante el día
Realizar ejercicio resulta muy beneficioso para nuestro organismo, pero su práctica también puede ayudarnos a dormir. Cuando realizamos cualquier tipo de ejercicio, nos sentimos más cansados por lo que nos costará menos conciliar el sueño. Eso sí, el ejercicio no hay que hacerlo justo antes de irse a la cama, ya que en este caso lo más probable es que obtengas el resultado contrario.
Seguir una rutina
Desde pequeños es importante forjar una rutina antes de irse a la cama, así como irnos siempre a la cama a la misma hora. Si un día nos acostamos a las diez y otro a la una de la madrugada, podremos alterar nuestro ritmo de descanso.
No abusar de las siestas
Para muchas personas, las siestas son algo esencial para poder continuar con energía el resto del día. El problema está cuando estas siestas son demasiado largas, ya que influirá en el sueño de la noche, ya que tardaremos más en dormirnos. Los expertos recomiendan que las siestas no superen los 30 minutos de duración.
Además de los consejos que os hemos dejado, ¿qué otras prácticas pensáis que son fundamentales para conseguir descansar mejor durante la noche? Animaos y compartid con todos nosotros vuestros comentarios. ¡Os estamos esperando!