El contraste de colores

Como subrayamos habitualmente, el color es uno de los elementos más decisivos en la decoración ya que influye en nuestra percepción y estado de ánimo. Cada persona tiene sus propias preferencias cromáticas, que están muy relacionadas con su personalidad y con sus gustos. Los colores producen en nosotros sensaciones e influyen en nuestro estado de ánimo. Como decíamos, hay que saber adecuar el color al habitáculo, ya que unos colores son más adecuados para determinadas estancias que otros, según la función para la que vaya a ser utilizada.

Los colores, son nuestros aliados a la hora de crear los ambientes. Los colores claros aportan vitalidad, los apagados transmiten serenidad y los oscuros, seriedad. Los colores entran en el juego de la combinación y el contraste. La combinación es la mezcla de colores de la misma gama o de gamas complementarias. El contraste consiste en oponer las tonalidades cromáticas.

El contraste de colores

Mientras que la combinación suele ser una tendencia ligada a estilos más clásicos, el contraste suele relacionarse con estilos novedosos y tendencias rupturistas. El contraste de colores es una buena forma de personalizar los espacios y llamar la atención o resaltar alguna estancia. Atrévete a aplicar estos colores, pero eligiendo agrupaciones adecuadas, para evitar un resultado demasiado agresivo. El contraste cromático más clásico y al mismo tiempo más impactante es el blanco y el negro. Acertarás también con contrastes como el del amarillo y el morado, el naranja y el azul, el rojo y el verde, etc. La decoración basada en el contraste aporta mucha energía y puedes conseguir un toque muy personal, pero no es adecuada para espacios pequeños.

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