El Feng Shui, más que una decoración, es un estilo de vida que muchas personas optan por incorporar en su día a día porque, sin duda, les trae numerosos beneficios tanto físicos como anímicos. Y si a los adultos nos aporta tanto bien, ¿por qué no aprovechar esto para los niños también? Las energías positivas son importantes tenerlas a nuestro alrededor, mientras que las negativas o los aspectos que puedan hacer que entremos en conflicto, deben quedar eliminadas.
Para empezar a tener en cuenta la decoración Feng Shui, tendrás que eliminar todo lo hay sobre del dormitorio para que no haya cosas por medio, así que los sistemas de almacenaje serán importantes porque a los niños les cuesta ser algo ordenados.
La luz natural tendrá que potenciarse al máximo por lo que los ventanales amplios serán una idea excelente, además que se necesitará renovar las energías por lo que tendrá que mantenerse la habitación bien ventilada y siempre fresca. Asimismo, los colores ayudarán a potenciar la luminosidad de la estancia, por lo que la claridad se volverá muy importante, por este motivo deberán ser los colores en tonalidades pastel los protagonistas, que se pueden combinar por supuesto con el blanco.

Los olores, al igual que en el resto del hogar, también son importantes por lo que puedes utilizar ambientadores con olores frescos y naturales como por ejemplo la menta o el jazmín.
Es importante que en el dormitorio infantil no existan aparatos electrónicos para poder seguir la línea Feng Shui por lo que si tu hijo tiene ordenador deberá dejarlo en otro lugar de la casa. Puede usarlo durante el día, por ejemplo, en una zona común del hogar donde todos puedan tener acceso.
Para que las energías fluyan libremente es importante que la cama no esté colocada delante de la puerta así que la mejor opción es colocarla contra una pared evitando que sea la misma de la ventana.