La primera idea que nos viene a la mente cuando intentamos asociar Escandinavia con la decoración es: IKEA. No obstante, la decoración y el interiorismo escandinavos tienen una trayectoria amplia y una razón de ser más allá de las facilidades que nos ha permitido esta empresa sueca.
El estilo escandinavo, en lo referente al interiorismo, se atribuye al diseñador Carl Larsson. Se trata de una combinación de los colores neutrales de los paisajes de Suecia, Noruega y Dinamarca con un apecto ligeramente envejecido. Los largos inviernos y la falta de luz en estos países (debido a su condición climática y geográfica) requieren que las casas tengan unos diseños e interiores amplios y espaciosos, dando mucha importancia a su luminosidad, para así poder aprovechar los escasos rayos de sol que lucen al año.
Como podemos imaginar, los colores empleados en este estilo de interiorismo son los tonos neutrales: blancos, beige, colores de maderas claras y algún toque azul claro. Sin embargo, de vez en cuando vemos atisbos de color sobretodo en tonos rojos, que resaltan sobre el resto y crean una interesante combinación.
En cuanto a las texturas y materiales, éstos también se inspiran en el entorno natural escandinavo. El algodón y el lino son muy frecuentes entre los materiales empleados. Es muy común encontrar patrones de rayas o cuadros. Los estampados florales también son frecuentes, pero siempre sobre un fondo claro y con una trama repetitiva.