Hay combinaciones que son perfectas. Y cuando lo son, lo sabes. Lo mismo pasa cuando combinamos dos colores tan distintos y que significan cosas diferentes y el resultado es una perfección. Hoy te contamos cómo decorar los espacios en gris y amarillo, y lo bonito que nos puede quedar el salón.
¿Quién dijo miedo? Muchas veces no arriesgamos a decorar con colores demasiado fuerte o chillones por miedo a cansarnos o simplemente porque no transmite lo suficiente. El amarillo es un color atrevido para muchos, algo chillón y que da mala suerte (error). El color amarillo vitaminado puede otorgar a nuestro salón todo el color, luz y brillo que necesita si sabemos cómo hacerlo.
Una de las combinaciones ideales es la mera idea de hacerlo con el gris, un color neutro y sutil, la mezcla perfecta. El apagado y elegante resplandor del gris con la vitamina y luminosidad del amarillo harán del salón un lugar especial, innovador y un diseño realmente espectacular.
COMPLEMENTOS
Intentaremos insertar algunos complementos en los tonos amarillo y gris para dar luminosidad a espacios oscuros, así como unas cortinas repletas de vida o un cuadro con una frase que combine estos dos colores. Es el primer paso para empezar a decorar el salón, porque los pequeños detalles son los que cuentan.
PEQUEÑOS DETALLES QUE MARCAN LA DIFERENCIA
No tenemos por qué plasmar todo el amarillo en el salón, bastará con introducir pequeños detalles en amarillo para dar ese toque vital al salón. Jarrones, mesas o incluso el forro de las sillas del salón.
¿QUIÉN DIJO MIEDO?
Para los más atrevidos. Podemos combinar diferentes tonalidades del amarillo y crear el ambiente perfecto. Blanco, gris y amarillo, los tres colores que darán al salón la luz necesaria. ¡Ya no hará falta ni que entre el sol por las ventanas!
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