ANTONIO MATRĒS ha presentado su último proyecto que ha llevado a cabo en el barrio Upper East Side de Nueva York, uno de los más exclusivos de la ciudad. Se trata de un apartamento con un potencial único y que cuenta con vistas a Central Park.
Este apartamento cuenta con 130 metros cuadrados y que ha sufrido un profundo proceso de renovación, dando solución a problemas como era el tener una planta totalmente ineficaz, junto con un desaprovechado espacio de entrada que competía con una cocina minúscula y un comedor-salón casi inexistentes, entre otros muchos problemas de diseño.
Un enfoque consciente
El tiempo se detiene en el momento en el que pones el pie en el atrio de esta casa en la que se han combinado los espacios, de tal forma que se permite la coexistencia y superposición de todos los usos diarios de la familia. El vestíbulo abierto por todos sus costados deja entrever la cocina conectada de forma fluida con el salón y el comedor. El único elemento de división es el permeable armario que “flota” en el medio de esta sala multiusos.
Las sillas Luca protegen el candelabro “forestal” de talentoso artista sudafricano Jan Ernest, en conversación con los tapices y las piezas de cerámica de la diseñadora ucraniana Victoria Yakusha. El sofá Togo, todo un clásico, como pieza central, suaviza el espacio con sus curvas y su tonalidad pastel mientras que la alfombra Ply, diseñada por Mut Design para Gan, la lampara de pie de Hotwireextensions, y las obras de arte que el estudio realizó para este proyecto, completan la escena a la perfección.
Cada rincón demuestra algo evidente: los tonos pastel se propagan viralmente por el resto de las estancias dando lugar a una calma y serenidad inigualables. De ahí la continuidad de los suelos de madera a lo largo de toda la vivienda fluye de una habitación a la siguiente. El toque de innovación llega con el dormitorio más pequeño. Se ha conseguido duplicar el espacio inicial, dando lugar a un “mini apartamento” con entrada propia desde las escaleras de servicio que permitirá a una de las hijas a “independizarse” del resto con una vuelta de llave.
En conclusión, hay arte en cada una de las estancias del apartamento gracias a diseños que, además de estar realizados a medida, son funcionalmente a la vez que bellos. Desde las lámparas de pared hechas a mano hasta las sillas hechas a medida para adaptarse al ambiente. Los radiadores esculturales han sido diseñados y fabricados manteniendo la conversación con el resto de piezas a su alrededor. Las puertas han sido fabricadas con cierre magnético de suelo a techo al igual que las baldosas de los baños –éstas últimas gracias a la ayuda de Fireclay- que combinan perfectamente con las curvas de los magníficos apliques en el espejo de cada cuarto de baño.