He perdido, desde mi punto de vista, unos años preciosos para generar en piso un ambiente verdaderamente artístico, estético, confortable y cálido. Durante el tiempo en el que he estado aquí he tratado de reformar los espacios haciendo pequeñas intervenciones que si han mejorado el lugar pero que no han logrado cambiar el aspecto rancio y tieso del piso que originalmente era de mi suegra y que, a la hora de casarnos, nos heredo como regalo de bodas.
Yo quiero a la madre de mi esposo. Fue ella quién inculcó en él el amor por el arte y quién le enseño que la estética hace parte de la vida diaria, que hay que fortalecerla y que no está asociada con la superficialidad sino con la sensibilidad. Pero debo decir que la decoración del piso que nos regaló es tan a su estilo, español de toda la vida, que resulta para mi difícil servir en la mesa algo diferente a un cocido madrileño o a una pata de jamón. Intenté cambiando pequeñas cosas pero ya empiezo a desesperarme porque no veo el resultado. Voy a arrancar hasta los pisos!
Ya he cambiado el suelo del salón, puse madera, ahora voy a cambiar el de la habitación mía y de la de los nenes, que antes era en madera, por una alfombra con mucho cuerpo y de un color llamativo. Quiero poder tumbarme en el suelo y sentirme como sobre la cama. Para lograrlo he elegido las alfombras EGE, que son altamente reconocidas por tener especial atención en la calidad y en el diseño. Cada uno de los tapetes es único en su diseño y totalmente durable y confortable. Mayor información en la página Web www.egecarpet.com