El diseñador italiano Lucciano Beroncini ha diseñado para la firma Palluco un curioso espejo que sirve para algo más que para verse reflejado en él. Su nombre es Gronda y se trata de un espejos modula con varias partes y 2 «versiones» de espejo.
Una de sus partes es lisa, como un espejo normal, y las otras dos tienen insertada una especie de perchero que aparece cuando presionamos la parte superior de la estructura. ¿Problema? Cada vez que empujemos habrá que hacerlo con cuidado para no dejas estampadas nuestras huellas dactilares.
La estructura que lo soporta está creada en acero lacado en color blanco y con un cristla de espesor de 5 mm. Cada módulo es fijado a la pared con las escuadras suministradas con lo que no corremos el riesgo de que se nos caiga encima. La empresa tiene puntos de venta y agentes distribuídos por todo el mundo.
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Vía: Furniture Fashion