A la hora de pintar las paredes de tu casa, es probable que uno de los primeros colores que hayas descartado sea el color naranja. Es normal. De entrada, en general, solemos mostrar cierto rechazo ante este color… Sin embargo, se trata de un color perfectamente válido para la decoración de interiores. No es un color fácil, pero puede ser ideal si se emplea de la manera adecuada en la estancia adecuada.
El color naranja es un color vibrante, con cierta fuerza y asociado a siempre a sentimientos positivos: la alegría, el entusiasmo, la felicidad, la creatividad, etc. Sin embargo, a la hora de aplicarlo a la decoración es necesario cierto cuidado porque también es un color potente y con cierta agresividad.
También se asocia al color anaranjado la capacidad de estimular la actividad mental debido a que observarlo provoca un mayor aporte de oxígeno al cerebro.
Por todas las características anteriormente descritas, el color naranja, con quien mejor encaja es con las personas jóvenes. Es por ello que resulta perfecto para habitaciones juveniles.
Otras estancias para las que puede ser un color ideal son la cocina y el comedor, por un lado por su potencia y capacidad de estimulación y, por otro lado, porque es un color al que también se le atribuye el poder de abrir el apetito.
A la hora de combinarlo con otros colores, no resulta un color fácil, más bien todo lo contrario… El blanco, el negro y el azul son de los pocos colores con los que se puede combinar el color naranja sin miedo al fracaso.