Mi hermana mayor y yo crecimos juntas hasta los 16 años y compartimos además de hermano y perro, la habitación. Ninguna de las dos era especialmente desastrosa, de hecho creo que la ordenada era Paula, mi hermana, y yo era un poco caótica. Yo era la desastrosa. En todo caso el hecho de ser un par de años mayor que yo y primogénita, le dio a su temperamento un toque maternal que aun conserva en el trato conmigo, no porque aun sea un desastre sino porque sigo siendo un poco caótica.
Este fin de semana estuvo visitando mi hermana y recordé con detalle su exceso de maternalismo y su odiosa propensión a explicarlo todo, incluso lo que ha acabado de explicar. Compartíamos la habitación y yo era un desastre, pero ella era insufrible de día y de noche; hablarle era como dirigirse a un sabio iluminado. Lo que siempre le critico, y le criticaré, es que a veces ella misma se inventa las explicaciones que recita y al final se las cree.
Cocinamos juntas una receta que aprendimos muy pequeñas porque nos encantaba y aun ahora ella intenta explicarme como se hacen unos huevos con patatas de toda la vida; en cacerola mediana, con aceite de oliva y cebolla. Estuve a punto de ponerle la bolsa de patatas en la cabeza pero debo reconocer que tuvo una estupenda idea. Me hizo un regalo trayendo a casa la licuadora KB-15SG de KALLEY ELECTRODOMÉSTICOS. Cuenta con 4 velocidades, su base es en acero inoxidable, la jarra de vidrio, el motor de 500 W, tritura hielo y es de fácil limpieza. No acompañamos con cerveza sin con un delicioso zumo de fresas que Mayor información en la página Web http://www.kalley-uk.com