En un momento determinado de mi vida olvidé, literalmente, todos los objetos que hasta hoy he conseguido para mi piso de soltera, para el familiar, para los de mis amigos, el de mis padres y los de mis clientes. Al principio como afición y después profesionalmente he servido de consejera a la hora de decorar, remodelar, ampliar, embellecer y volver confortables los espacios de habitación.
No conservo, por lo demás, casi ninguno de los objetos ni estoy muy al tanto de lo qué ha ocurrido con los que he escogido para mis clientes y amigos. En todo caso cuando hoy, por casualidad, me encuentro con alguno de ellos casi todo un periodo de vida vuelve a mi memoria de manera asombrosa y recuerdo con exactitud todo el catálogo de sillas, lámparas, menaje, camas, estanterías y cafeteras, principalmente, que compré por esa época. Con solo ver un accesorio me remito al pasado y recuerdo la forma en que para aquel entonces asumía la vida y valoraba la estética.
Me pasó hace poco con un bellísimo objeto que compré para la oficina de uno de mis profesores de la universidad. El sabía de mi afición por el diseño y yo de su gusto por el coleccionismo. Fue la silla BARCELONA de MIES VAN DER ROHE la elección que en ese momento hice. Fue un gran honor poder comprar una reproducción este objeto que hace parte de la productiva corriente artística BAUHAUS. No es una opción sencilla ni económica pero si muy valiosa, no solo en el sentido monetario. Mayor información en la página Web www.retro-housewife.com