La sensación que produce un piso en donde siempre se encuentran todas las puertas cerradas es terrorífica. No hay que ir muy lejos para relacionar esta costumbre con la casa de las abuelas, de las tias solteras o las visitas al piso del cura de la parroquia, cuando nuestra madre necesitaba algo de consuelo espiritual y nos obligaba a acompañarla. Incluso una película del director español Alejandro Amenabar hace referencia insistentemente a este comportamiento. La película es de terror y quien cierra las puertas está muerta, pero no lo sabe.
Debe haber una razón lógica para mantener las puertas siempre cerradas, más allá de las manías y compulsiones propias de los humanos. De hecho nosotros mismos preferimos tener las puertas del baño, la de la cocina y la de la entrada del piso perfectamente encajadas en su marco. Ahora, que el invierno se aproxima, se hace evidente que una posible causa sea el control de la temperatura de los espacios. También cuenta que no queramos que la contaminación del exterior entre en casa o que intentemos aplacar un poco el ruido, aunque esta solución no sea muy efectiva en este caso.
Con ayuda de la puerta PÅ GLÄNT, diseñada en el 2005 por LISA WIDEN, es posible tener todas las puertas cerradas al mismo tiempo que todas las puertas abiertas. Su apariencia cuando está cerrada es la de una puerta ligeramente abierta, como definitivamente las preferimos.
Mayor información en la página Web www.lisawiden.se