Vuelve la vista atrás por un momento y haz memoria del salón de la casa de tus padres. A buen seguro que en él había un viejo reloj de cuco, o sin cuco, simplemente un reloj de pared. Seguro que como a mí te gustaba jugar con los péndulos y los pesos y descompensabas el reloj con la consabida regañina de tu madre.
A mi me hubiese gustado tener uno pero me encuentro con la circunstancia de que no encajarían para nada con la decoración que estoy planificando para mi salón. Pensaba que iba a quedarme sin mi reloj de cuco hasta que he encontrado esta solución: pintarlo.
Solo tendría que hacer la silueta del reloj, como la que hacen los policías en el escena de un crimen cuando se han llevado el cuerpo. Esta sería la silueta de un cuco inexistente, que nunca estuvo en la pared pero sí en mi imaginación porque de esta forma puede hacer el cuco que yo quiera.
Eso sí, tendré que ensayar un poco sobre un folio porque el dibujo no es lo que mejor se me da.
Vía: Little Miss Fix It