Aunque parezca mentira ante nuestro ojos tenemos la misma lámpara en dos imágenes diferentes. En el proceso se han quedado la clásica (por no decir horrenda) tela que cubría la estructura de barillas y se ha añadido un poco de pintura blanca, no sin antes lijar la base y el pie para que la pintura blanca se adhiera mejor. También se ha cambiado el color del cable añadiendo un rojo que contrasta con el blanco y que da un toque extra de estilo.
Así, con tres sencillos pasos hemos pasado de tener una lámpara clásica a una minimalista y de diseño. Lo que debemos tener en cuenta es que, al no tener pantalla, debemos elegir una bombilla que no deslumbre.
Vía: X4duros