Si tus plantas están un poco mustias, no crecen al ritmo adecuado y han perdido parte de su prestancia y belleza, puede que necesiten un plus de energía y nutrición. Con un buen abono para las plantas conseguirás que recuperen su fuerza y su aspecto saludable. Te contamos qué tipos de abonos son los más habituales y cómo se utilizan.
Que las plantas necesitan fertilizantes es una verdad indiscutible. Y es que, por sí mismas, les resulta difícil conseguir de la tierra, el agua de riego o el sol todos los nutrientes que les hacen falta para estar esplendorosas. Para eso tienes el abono para las plantas, que les proporciona ese aporte extra de nutrición que requieren en determinadas épocas del año.
Pero, ¿cuándo hay que abonar las plantas? En la época de crecimiento, en especial en primavera y en verano, es cuando la mayoría de las especies necesitan una pequeña ayuda. En cualquier caso, ellas mismas te lo dirán. Puede que empiecen a perder las hojas o parezcan desvitalizadas, o que su verde esté visiblemente menos intenso. De una forma u otra, las propias plantas tratarán de dejarte bien claro que algo les pasa. Entonces habrá llegado el momento de abonarlas.
En cuanto al abono que conviene utilizar en cada caso, todo depende del tipo de plantas que quieres revitalizar. Incluso el césped necesita un abonado de vez en cuando. Hay abonos orgánicos y otros sintéticos. La elección del abono a emplear estará en función de las necesidades que tengan tus amigas vegetales.
Abonos para plantas de tipo orgánico
Se trata de esas sustancias orgánicas que, además de darles a las plantas un aporte de energía, sirven también para revitalizar el suelo. El estiércol y el compost son algunos de los más comunes.
El estiércol puede resultar más o menos rico y eficaz en función del animal del que proceda. El compost se produce a partir de diferentes desperdicios en plantas industriales. También puedes hacerte con un compostador y fabricarlo tú mismo en casa a partir de desechos orgánicos.
Los nutrientes básicos: NPK
La mayoría de los abonos inorgánicos que puedes encontrar en centros de jardinería y establecimientos especializados tienen en común ciertos nutrientes básicos. Más concretamente, tres: nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). Si el nitrógeno ayuda a las plantas a crecer más y mejor, el potasio mejora su reproducción y el fósforo fortalece sus raíces y potencia la floración.
Cada uno de estos tres componentes del abono para las plantas les aporta un efecto diferente y beneficioso. Lo importante es saber qué proporción es la mejor para las especies que tienes en casa. Si no controlas mucho el tema y andas un poco perdido, lo mejor que puedes hacer es dejarte asesorar por un experto en jardinería, que te recomendará el tipo de abono para las plantas que necesitas.
¿Sólidos o líquidos? Esa es la cuestión…
Una vez sepas cuál es el mejor abono para tu jardín, tendrás que decidir de qué manera vas a proporcionárselo a tus plantas. En líneas generales, existen abonos sólidos (en forma de granulados, tabletas o bastones para clavar en la tierra) y líquidos (se añaden al agua de riego).
Los abonos líquidos actúan sobre tus plantas de una manera más inmediata. Se diluyen en el agua de riego (para saber la dosis a emplear has de seguir las instrucciones del fabricante) y llegan a las plantas de forma rápida.
Los abonos sólidos presentan una absorción más lenta y progresiva, lo que puede ser una ventaja en numerosas ocasiones. Este tipo de productos proporciona a las plantas un aporte de nutrientes más equilibrado y constante.
En cualquier caso, lo que realmente importa es aplicar el abono para las plantas en el momento en que estas lo necesiten de verdad, y ajustar la dosis con exactitud para no pasarnos. Un exceso de fertilizantes o abonos puede ser bastante perjudicial para tu jardín, ya que puede quemar las raíces y las hojas de las plantas.
Un dato importante que debes conocer antes de utilizar abonos para las plantas en tu jardín o de la terraza, es que es mejor dividir la aplicación de estos productos y hacerlo en varias ocasiones, en lugar de una sola vez.
Un abono para todas las plantas… ¿o no?
Los abonos conocidos como universales son aquellos que tienen un uso genérico y que están formulados para aportar nutrientes a un amplio repertorio de especies. Suelen llevar una proporción más alta de nitrógeno que del resto de componentes, y resultan versátiles y prácticos a la hora de emplearlos.
Si queremos un cuidado más certero para nuestras plantas, entonces debemos elegir un abono más específico: para rosales, para plantas verdes sin flores, para árboles frutales, etc.