Siempre he pensado que llegaría muy lejos como escritora si de una vez por todas me decidiera a sentarme a teclear con esmero, dedicación y disciplina. Nunca he logrado inspirarme tan intensamente como para no querer pararme cada cinco minutos a tomar un vaso de agua o para regar las plantas. Cualquier excusa en válida con tal de parar de hacer sonar el teclado, pareciera que me atemoriza expresar las ideas. El miedo al fracaso me abruma, no confío demasiado en mí misma. Es mal de escritores.
Pero hay forma de ayudarse y definitivamente, si lo que quiero es no pararme de la silla, tener un escritorio confortable ayuda mucho a que el deseo de huir se modere, y contar con un asiento acogedor es definitivo. Un escritorio es la mesa de trabajo básica, debe tener suficiente espacio para poner sobre él los implementos básicos para la creación literaria: ordenador con internet, una taza de café, un paquete de tabaco y el teléfono móvil. La silla debe ser cómoda, de espalda recta, con la altura ideal para escribir y no muy acolchada, ya que estaremos sentados durante mucho tiempo y se nos pueden sobrecalentar las piernas.
El ESCRITORIO 51, de la casa de diseño BLUE DOT, en una pieza extensa pero liviana que cuenta con un accesorio para teclado, un juego de patas muy cómodo y efectivo y el especial encanto de los muebles rojos. Con este accesorio no hay excusas para, por lo menos, no escribirle una carta de amor a nuestro esposo o una fantástica y espléndida lista para hacer la compra. Tiene de alto 31,5 pulgadas, de ancho 53 y de profundo 24,5.
Mayor información en la página Web www.bludot.com