Una de las máximas que debemos tener en estos tiempos de crisis es que nada debe ser desaprovechado ni tirado a la basura con alegría antes de pensar en darle un segundo uso. Cualquier cosa es susceptible de convertirse en parte de un complemento decorativo o en un elemento decorativo en sí, por ejemplo, una puerta.
Una puerta puede abandonar su tradicional uso para ser un panel para la pared amplio y con estilo. Para hacerlo necesitamos:
– Una puerta, evidentemente (si es con divisiones mejor)
– Pegamiento para vidrio
– Planchas de corcho
– Cúter
– Lápiz y regla
– Pintura
– Pinceles
Proceso:
Lo primero que debemos hacer es limpiar la puerta, sobretodo los vidrios. Una vez que está todo limpio pintamos toda la parte de madera de color que nos guste o que combine con la habitación donde lo vamos a instalar. Aplicamos dos manos y dejamos secar entre cada capa.
Aparte, medimos cada vidrio y tomamos las medidas. Cortamos una pieza de corcho por cada división de vidrio de la puerta, aunque podemos dejar algunas sin cubrir. Una vez cortadas las vamos pegando con el pegamento para vidrio, aplicándolo por detrás de la plancha de corcho y pegándolo sobre el vidrio. Pegamos todas las piezas y dejamos secar. Una vez que esta seco solo nos queda colgarlo en la pared, pero con cuidado ya que al ser una puerta es muy pesada y debemos anclarla bien.
Si no tiene tantos marcos lo único que debemos hacer es cambiar las dimensiones del corcho y adaptarlo los espacios que tenga la puerta.
Vía: imujer.com