La luz, las luces, me encantan, las cálidas luces que reflejan matices diferentes, estrellándose contra el vidrio de Murano que las convierte en haces de reflejos diferentes por su majestuosidad y belleza única en el mundo, que han intentado copiar en diferentes países, sin conseguir la transparencia y las mezclas opacas y superpuestas, esmaltadas también, que trabajan estos creadores italianos de manera especial y personal.
Siguiendo la historia descubrimos que fue en Murano donde se inventaron los primeros espejos de vidrio en el año 1500, gran invento que influyó en el desarrollo de la imagen personal, ¿que haríamos sin un espejo?
Este es un espejo veneciano con aplicaciones de cristal en diferentes tonalidades, decora por si mismo.
Hoy Murano, la isla más pequeña de Venecia (Italia), es la isla mágica en creación y diseño, es la catedral del vidrio soplado, donde hay fábricas modernas y artesanos de siempre dedicados exclusivamente a pulir, dar forma y trabajar este preciado mineral, único en la forma en que es trabajado.
Desde espejos, lámparas, figuras, joyas, botellas, floreros, ceniceros, etc, los maestros vidrieros dan forma artesanalmente a multitud de artículos diferentes que embellecen y decoran nuestras vidas , nuestros hogares, aportando sensaciones de ampliar el espacio, reflejando nuestra imagen, como complemento, dando ese toque original y genuino que lleva su nombre.