Referirnos a la decoración artesanal es realmente una redundancia en el más amplio de los sentidos, ya que sin la destreza del artesano y su visión de la belleza la decoración jamás hubiese prosperado como técnica en si misma.
Aunque es evidente que el trabajo personalizado en cada pieza fue algo relevante hasta que la industria y sus cadenas productivas remplazaron la destreza del creador por los cortes, molduras, soldaduras, pinturas y confecciones de carácter masivo, replicando un concepto las veces que este sea necesario con total perfección, incluyendo en la fabricación de piezas y ornamentos materias primas que nunca podría lograr ser manipuladas por herramientas rudimentarias y con el único elemento de la mano humana.
Es por ello que hablar de la decoración artesanal en nuestra época aunque suene a redundancia parecería ser una técnica o estilo mas a implementar en la decoración que cada día apuesta a las piezas de producción masiva por su economía y características.
Sin embargo aunque pueda sonarnos paradojo, parecería que la vanguardia nos impulsa hacia creaciones rudimentarias, ya que en uno de sus elementales pilares, encuentra la protección del ecosistema y el carácter no invasivo del hombre sobre la naturaleza como elemental no solo para la supervivencia de la especie sino para la sana convivencia en un mundo que corre riesgo de desaparecer tal cual lo conocemos hasta ahora.
Es esta conciencia ecológica la que impulsa cambios maravillosos, y genera un resurgir notable de características arquitectónicas y decorativas plenamente artesanales, un claro ejemplo de ello es la creación Gianni Botsford Arquitectos quienes se dedican a construir casas en plena vanguardia con técnicas indígenas, totalmente ecosustentables y de morfologías mas que agradables desarrollando la vida moderna en perfecta coexistencia con la naturaleza.
Adobe, caña, madera, arena, bambú, y todo aquello que se pueda encontrar libremente en la naturaleza es la materia prima de estas confecciones increíbles que desarrolla el estudio de arquitectos con sus primeras experiencias en lugares como Centro América.
Ango por otra parte es una empresa que confecciona luminarias de vanguardia, pero dispone de esta maravillosa colección completamente artesanal, ya que los destaques que observa no son Leeds sino capullos de seda.
Katherine Ahern sin embargo toma partido de los elementos que se pueden encontrar a las orillas del rio, y crea con estos materiales naturales estupendas luminarias, como se argumenta en muchas ocasiones aquellas materias primas que para muchos podría parecer de descarte, bastara con una mente creativa para transformarlos en ornamentos de nuestra decoración.
