De viajar me gusta todo. Lo principal para mi es entender el lugar en el que me encuentro, geográficamente hablando. Considero un gran logro poder saber en cualquier esquina de una ciudad hacia donde está el norte, cómo llegar al su centro histórico y conocer en buena medida el funcionamiento de sus medios de comunicación como autobuses y líneas de metro. Más allá de los museos, de los monumentos, de los restaurantes y de los cines, son las calles y la vida en la ciudad la que me interesa.
En orden de importancia, después de la energía de la ciudad, visito obligadamente los restaurantes. No todos, ni los más exclusivos, sino los más tradicionales en dónde, según mis asesores locales, se come la mejor comida típica a un precio razonable. Así, probando la gastronomía, también se logra entender la sociedad y el territorio. Nadie duda de lo muy estadounidense que son las costillas de cerdo a la barbacoa o del matiz mexicano de los totopos con guacamole. Los platillos típicos también datan la riqueza en producción de alimentos en cada lugar.
También el menaje que se utiliza para comer es muy característico de cada región; cada variación de un platillo genera una nueva pieza para su uso o la modificación de una ya existente. Los juegos de platos para servir mexicanos son estupendos, tan coloridos y apetecibles como las tortillas y los burritos. La casa de diseño mexicana QUINTO REAL, dedicada a la producción de artesanía fina, decoración y arte popular, tiene en su catálogo una amplia variedad de vajillas en cerámica cocida a alta temperatura: sin plomo y pintadas a mano. Mayor información en la página Web www.quintoreal.com.mx