¿Quién no ha vivido alguna vez en un piso o un apartamento con vigas, columnas y otros elementos estructurales un tanto incómodos? Lo habitual es integrarlos en nuestros interiores domésticos con un fin meramente estético. Y la idea es un éxito. Pero además de aliados decorativos pueden ser lugares estratégicos para sumar y optimizar metros en casa. Seguro que quieres saber cómo.
Pilares y columnas, muros de carga, esquinas imposibles y pasillos estrechos y desperdiciados. Si miramos alrededor de nuestros espacios domésticos, lo difícil es no encontrar alguno de estos elementos estructurales. Seguro que armonizan en la decoración de cualquier habitación, pero sin plantearnos que son puntos desaprovechados desde un punto de vista espacial. La idea de optimizarlos para almacenar libros o exhibir objetos y colecciones es un descubrimiento. O para empezar a verlos como valiosas zonas extra. Te cuento algunos ejemplos que pueden servirte.
Elementos estructurales en cualquier habitación: todo ventajas
Empezar a contemplar los elementos estructurales que tenemos en casa como potenciales aliados es el punto de partida perfecto. Lo más probable es que hayamos agotado gran parte de nuestras ideas para rentabilizar metros aquí y allá, de manera que ellos pueden ser nuestra salvación. Es cuestión de darles una oportunidad y un sentido bastante más práctico del que tenían hasta ahora.
Por ejemplo, los pilares situados en el centro de las estancias principales son infalibles para dar a la decoración un aire de lo más actual. Y un reclamo especialmente atractivo si nos gusta el estilo industrial para nuestros ambientes. De eso no hay duda. Pero también es posible pensar en estos elementos estructurales para dar con otras soluciones. Bastará con encajar en su hueco una estantería o unas baldas. Ya tendremos una pequeña zona donde guardar. O diseñar en él un pequeño ambiente que echamos en falta en la habitación.
En las cocinas, ese tipo de huecos pueden ser lo suficientemente anchos para montar comedores de diario con mesas hechas a la medida mediante tableros de madera. Otra opción es equiparlos con muebles de obra rematados por encimeras que vayan con el resto de la decoración y cumpla nuestras necesidades de uso. Hay infinidad de materiales capaces de ofrecer una buena respuesta estética y funcional. Encimeras de madera, de piedra natural, sintéticas, hormigón pulido, e incluso de cristal. Unas banquetas modernas pueden ser suficientes para completar este nuevo espacio, al que también podemos dar un uso más versátil.
Rincones de estudio en lugares insospechados
Rentabilizar los elementos estructurales de casa da pie a pensar en soluciones bastante imaginativas para lugares realmente difíciles a la hora de equipar. Sin ir más lejos, estoy pensando en esas paredes retranqueadas a las que nunca terminamos de dar un uso concreto. O en los espacios que se crean bajo las escaleras si vivimos en una vivienda de dos o más plantas. Tan inutilizados y con tantas posibilidades.
Quizá sea el momento de atrevernos a ocupar esas zonas para habilitar rincones de trabajo, o lugares de estudio extra si hay más de un niño en la casa. Qué gran idea. Acondicionarlos resultará bastante sencillo aplicando un sentido práctico cien por cien. Mesas muy funcionales y que ocupen poco, acompañadas de muebles modulares, carritos con ruedas, y estanterías a diferentes alturas. Serán pequeños escritorios con todo lo necesario. A la hora de elegir la iluminación, unas lámparas de flexo con brazo articulable son clave para tener buena luz puntual.
La verdad es que los espacios generados bajo estos elementos estructurales dan juego para numerosas soluciones. Desde montar armarios roperos o pequeños vestidores con solo acoplar unas cortinas, a propuestas más enfocadas al almacenaje doméstico. En concreto, pueden ser zonas súper prácticas para plantear pequeñas despensas o guardar todo el equipamiento deportivo de la familia.
Librerías en esquinas incómodas
Otro de estos elementos estructurales son las esquinas difíciles que pueden encontrarse en los salones. O justo entre dos ambientes. ¿Por que no convertirlas en puntos donde exhibir libros, o nuestros objetos de colección favoritos? Para los amantes de la lectura, no siempre resulta fácil encontrar nuevos lugares donde tener a mano las últimas adquisiciones literarias. Crecen y crecen pero a cambio los metros de casa siguen siendo los mismos.
Pues bien, esas esquinas incómodas, o esos tabiques excesivamente salientes del salón o del dormitorio tienen un potencial increíble como superficies donde colocar estantes. Si recorran todo el perímetro quedarán totalmente camufladas. Y a cambio habremos logrado ganar esos metros tan útiles para seguir guardando ejemplares.
El truco para que queden perfectamente integrados radica en tener en cuenta el color de la pared como referencia cromática. Es decir, si en ella domina el blanco o el marfil, jugar con estantes de idéntico acabado. Y si por el contrario el tabique luce un color de mucha intensidad, como el negro o un gris antracita, apostar por estantes metálicos. Se mimetizarán por completo.
Vigas de madera con asientos auxiliares
¿Y qué ocurre con esos elementos estructurales que tienen una gran fuerza estética y aportan tanto carácter a las decoraciones? Como por ejemplo los pilares de madera en bruto que pueden presidir espacios diáfanos. Está claro que no se trata de camuflarlos porque dan un valor singular. Pero al mismo tiempo es posible aprovecharlos para diseñar junto a ellos, o a su alrededor, muebles auxiliares que ayuden a sacar más partido a ese interior. Tal vez unos prácticos bancos de madera, o unas cajoneras. No hay duda, este tipo de elementos estructurales tienen mucho que aportar cuando se trata de aprovechar mejor los metros de nuestros interiores domésticos. ¿Qué opinas?