La cuna es uno de esos muebles que pronto dejan de ser útiles, los pequeños crecen más rápido de lo que podíamos imaginar y prácticamente en un abrir y cerrar de ojos ya no caben en la cuna. Es entonces cuando surge la gran pregunta: ¿qué hago yo con la cuna? Por un lado está molestando y restando espacio en el hogar, pero por otro lado no quieres deshacerte de ella ya que cuenta con un gran valor sentimental. Yo te quiero proponer la solución a este dilema…
Mi propuesta es básicamente que conviertas la cuna de tu pequeño/a en un práctico y encantador escritorio.
Como puedes ver en la imagen, no es necesario demasiado esfuerzo ni trabajo para convertir la cuna en un escritorio. De hecho, lo único que hay que hacer es retirar uno de los laterales para que el escritorio cuente con un frente abierto; el lateral retirado se utilizará como balda para colocar libros u otros elementos propios de cualquier escritorio.Como soporte se puede apostar prácticamente por cualquier material (madera, plástico, cristal…), aunque en este caso se ha optado por colocar un cristal.
El resultado de esta idea es realmente genial. Además, es perfectamente válido como escritorio para habitaciones infantiles o juveniles y también para otro tipo de espacios de estudio o trabajo.
Se trata de una manera sencilla de dar un segunda oportunidad a un muebles que aparentemenete no tienen mucho más que ofrecer y convertirlo en un elemento útil, muy práctico y también decorativo. Es, al fin y al cabo, un escritorio con mucho encanto.