Si hay un estilo femenino por excelencia es el shabby chic (traducido literalmente como desgastado, se solía aplicar como algo despectivo), un estilo que recuerda al romanticismo y al pasado gracias a la variedad de elementos que lo conforman. El shabby chic consigue combinar lo rústico con lo elegante, creando un ambiente cargado de armonía e identidad. Cuando se trata de la cocina, el estilo shabby chic tiene unos colores muy definidos marcados con el blanco y los colores pasteles que aportan el toque femenino, así mismo, la elección de estos colores crea mayor luminosidad a la estancia. Los muebles ideales para este estilo tienen un aspecto envejecido, como mesas de trabajo de madera o islas suelen ser la mejor opción. No te preocupes por la apariencia desgastada que los muebles sufren con los años, pues ayuda a crear ese ambiente acogedor y cálido que buscamos. Busca muebles con aspecto rústico y vintage hechos con madera maciza y sin brillo para esta estancia.
Los elementos que puedes utilizar son principalmente accesorios vintage como relojes de época, carteles antiguos, elementos de cerámica, cristal e incluso recipientes de época. Un material que encaja muy bien con el shabby es el mimbre, puedes utilizarlo a modo de cestas para almacenar cosas. Todos estos detalles favorecerán el clima acogedor del lugar, usa texturas con patrones florales, muy típicas del shabby chic para manteles y cortinas, estas últimas no solo en las ventanas, si no que para los muebles también.
En cuanto a la iluminación, normalmente está compuesta por lámparas colgando del techo, generalmente de cristal, o candelabros en la isla del centro. Ante todo, el fin principal de este estilo es ser un punto de unión entre lo antiguo y lo actual, por lo que puedes mezclar distintos elementos para dar un toque único a tu cocina.
¿Te has pasado ya al shabby chic?
Fuente: Decora y diviértete