El monocromatismo es una opción más a considerar a la hora de decorar un hogar o una habitación, pero para hacerlo hay que seguir unas determinadas recomendaciones para que haya algún pequeño contraste en la tonalidad y se puedan distinguir las piezas en un espacio de un sólo color y sobre todo tener muy claro qué color vamos a elegir.
Se pueden optar por diversos tonos de la misma gama más claros y más oscuros, o también incluir algún elemento de distinción en las paredes, pero en el mismo color, de lo contrario romperíamos el principio máximo del monocromatismo. Armarios, paredes, textiles, muebles, adornos, todo debe ser del mismo color.
Si nos resulta demasiado aburrido todo en un mismo color, podemos combinar las estructuras en tonos neutros o también contrastar con una decoración diferente en alguna de las paredes como murales, fotografías, etc… que encajen dentro de nuestra estilo y elección de color.
Quizá el ejemplo de la imagen es demasiado exagerado ya que se pueden obtener espacios monocromáticos sin necesidad de aplicar colores fuertes, pero si nos sirve para hacernos una idea cuál sería el resultado con esta técnica.
Vía: tendenzias.com