El color amarillo no es un color fácil en lo que a decoración se refiere. De hecho, las consecuencias de su utilización en la decoración puede ser de todo tipo, dependiendo de cómo se emplee. Quizás sea este el motivo por el que a veces ni siquiera los decoradores se atreven con él.
Tal y como sucede con los demás colores, la gama de los amarillo es muy amplia. Es muy importante, si se decide aplicar el amarillo en la decoración de cualquier espacio, apostar por la gama o el tono que más adecuado para el espacio.
Ante el color amarillo, la pregunta casi siempre suele ser: ¿en qué espacio de una casa puede ser perfecto un amarillo intenso?. La respuesta depende del tipo de casa, de la función de cada espacio y de los habitantes de la casa. Pero a grandes rasgos, el amarillo intenso puede ser perfecto para habitaciones infantiles, para recibidores, pasillos, zonas de juegos, zonas que sirvan de acceso a otras estancias, etc.
Ten en cuenta que el amarillo es un color imponente sólo apto para personas con mucha personalidad.
A la hora de utilizar el amarillo, lo primero que tienes que tener en cuenta es el espacio y la utilización que comúnmente se le da al mismo.
Si se trata de zonas de relax y descanso, como pueden ser habitaciones de estar, baños, dormitorios, etc. lo mejor es que optes por los tonos más suaves del amarillo. En este tipo de espacios lo que se busca es el descanso y la relajación, algo que un amarillo intenso o brillante nunca permitiría, ya que sobre nuestros estados de ánimo provocan inquietud y nerviosismo. Por el contrario, en sus versiones más suaves o pastel nos inducirá a la relajación y tranquilidad.
En cocinas, es un color que puede ser ideal en cualquiera de sus versiones siempre que no se abuse de él. Puedes pintar sólo alguna de las paredes de amarillo y combinarlo por ejemplo con blanco, para suavizar un poco sus efectos o en lugar de aplicarlo en la pared, apostar por mobiliario o elementos decorativos de color amarillo. De esta manera el ambiente no resultará demasiado cargado.