Cada día que pasan, son más las personas que deciden dar el paso y apostar por sistemas inteligentes en sus hogares para hacer más cómodo su día a día. Los expertos en el sector prevén que para el próximo año, los sistemas de gestión de energía y seguridad serán las más demandadas, y que para el 2025 los hogares inteligentes supondrán el 21% del total en España. Desde Nuki, han analizado los principales cambios del sector en cuanto a consumo eficiente y máxima seguridad durante los próximos años.
“El sector de la domótica está en auge y, según el informe de EY Decoding the digital home 2022, en España un 43% de los consumidores afirma que mantendrá sus hábitos de consumo digitales, pese al incremento de los costes”, explica Martin Pansy, CEO y cofundador de Nuki. “En este sentido, los datos aseguran que España es uno de los países mejor conectados y concienciados ante la seguridad y privacidad del usuario, además de la importancia de la optimización de recursos en todos los ámbitos”.
Máxima seguridad con un sistema domótico
A la hora de desarrollar productos inteligentes para el hogar, la seguridad es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta. Gracias a estos dispositivos, es posible recibir alertas ante cualquier tipo de problema que ocurra dentro de nuestro hogar, ya sean robos o accidentes domésticos. Los sensores de movimiento y cámaras de vigilancia son un claro ejemplo de opciones que ofrecen garantías de seguridad a los miembros de la familia.
Otros elementos domóticos como los altavoces inteligentes, que pueden conectarse a cerraduras inteligentes como el Nuki Smart Lock, permiten controlar parte de la vivienda a través de órdenes de voz. Según el estudio realizado por EY, un 24% de los hogares españoles tiene altavoces inteligentes, mientras que a nivel global es solo del 17%. En este sentido, la penetración de los dispositivos inteligentes en España es ligeramente superior a la media de la encuesta global, y los asistentes controlados por voz son los dispositivos más extendidos dentro del mercado. Sistemas como Alexa de Amazon o el Asistente de Google o Apple son capaces de tener el control centralizado del sistema domótico, lo cual es una gran ventaja y supone una solución a problemas cotidianos para las personas con diversidad funcional, ya que les ofrece un control total sobre todo lo que sucede en su espacio personal.
La eficiencia energética, punto clave de los sistemas inteligentes
Otro de los principales impulsores del mercado en pleno 2022 es la eficiencia energética de todos los dispositivos automatizados. La Asociación Española de Domótica (CEDOM) afirma que el ahorro por cada hogar alcanza una media del 30% con el uso de la tecnología smarthome, ya que los sistemas de automatización permiten controlar los dispositivos instalados en casa en todo momento y hacer un uso de la energía adecuado. Por su lado, el estudio de EY asegura que los consumidores españoles son cada vez más conscientes y responsables con la tecnología que utilizan en sus hogares: un 65% de los hogares españoles reciclan los productos que ya han utilizado y un 39% está dispuesto a pagar un poco más por un aparato más ecológico.
“Una casa inteligente no solo vela por la seguridad de las personas, sino que también ayuda a tener un control más responsable de los gastos energéticos. En este sentido, automatizar el hogar son todo ventajas para el día a día de las personas”, detalla Pansy. “Con una casa inteligente es posible proteger el medio ambiente a la vez que se ahorra dinero, y ahora los usuarios lo pueden hacer de manera cómoda y sencilla desde un único sistema de control inteligente».
El futuro de la domótica y la electrónica está marcado por soluciones que velen por nuestra seguridad y por la del medio ambiente. Desde el año 2015, los hogares con sistemas Smart home se han multiplicado por 2,6; y a nivel mundial, el número de dispositivos conectados por hogar ya es de un 10% más comparado con 2021. Según Statista, en España la venta de domótica genera ingresos de 80 millones de dólares anuales, y es una tendencia que no muestra signos de desaceleración para los próximos años, por lo que se prevé que el mercado global no parará de crecer y dentro de cinco años habrá alcanzado los 103.000 millones de euros.