Siempre he tenido una relación extraña con los sofás de cuero porque me gusta verlos, son muy elegantes y aportan mucha clase a cualquier salón pero al mismo tiempo no sé si tendría uno en mi casa porque en invierno están fríos y en verano te pegas a ellos, pero eso es únicamente mi percepción personal porque conozco a personas que tienen en sus hogares sofás de cuero y están más que encantados, porque como dicen popularmente: «para gustos los colores».
No todos los sofás de cuero son del mismo tipo ya que existen diferentes modelos y diseños. Si te gusta este tipo de material para tu sofá estoy segura que gracias a toda la variedad de modelos que puedes encontrar en el mercado podrás encontrar aquel que encaje mejor con tu salón, tu casa y tu decoración, pero sobre todo con tu estilo de vida y tu personalidad.
El sofá además de ser el protagonista del salón es uno de los muebles que más nos obliga a gastar dinero (a no ser que prefieras comprarlo por segunda mano o que tengas la suerte de que te lo regalen), por este motivo resulta imprescindible saber qué tipo de sofá te gusta, el material que más va contigo y sobre todo cuáles son las características de confort que quieres que tenga para que te pueda dar un buen servicio de forma diaria.
Existen diferentes tipos de piel para los sofás con esta tapicería y es bueno que sepas cuáles son para que puedas decidir cuál va mejor contigo. Por ejemplo tienes la piel de anilina un material suave y delicado, la semianilina que es una mezcla entre la piel de anilina y la pigmentada.
Después tienes la piel pigmentada que es un cuero más resistente que las dos anteriores y tiene un mantenimiento menos laborioso. Y por último tienes la piel de imitación que es resistente, no se arruga y es más barato.