Dentro de la decoración navideña existen algunas piezas que no pueden faltar adornando y decorando nuestros espacios, ya que las mismas son portadoras del espíritu navideño y de su presencia depende gran parte de la celebración.
Enmarcados en dicha temática sin duda alguna los árboles de navidad forma parte fundamental de la celebración y decorarlos adecuadamente es mucho mas que una mera tarea estética, es por ello que a continuación destacaremos todo aquello que tradicionalmente no podrá encontrarse ausente en su árbol de navidad.
Dentro de la confección de nuestro árbol mas allá de la tendencia por la cual optemos deberemos disponer de algunos objetos ornamentales muy sencillos pero de gran importancia en la celebración
Las campanillas, tradicionalmente se utilizan para las buenas energías, como llamadores de las mismas, el sonido de las campanas ha sido desde siempre un forma de invitación a las buenas vibras de nuestro universo.
La espiga debe encontrarse presente y así como en tiempos inmemoriales una espiga sana y de gran destaque simboliza trabajo y prosperidad, así como en muchos otros lugares el ajo simboliza la buena salud.
Disponer de una llave en nuestro árbol es una manera de representar nuestros deseos de progreso de apertura de caminos y buenas nuevas, dos anillos entrelazados también disponen de una representación gráfica de nuestros deseos de pareja y prosperidad junto a la persona amada.
Por ultimo y sumamente conocida, la estrella guía en la punta de nuestro árbol, la cual puede tener varios significados, aunque el mas acertado es una representación simbólica de la estrella que guía a los reyes de oriente a la ciudad de Belén para presenciar el nacimiento de Dios echo hombre, es por ello que su simbología remite a una guía espiritual
Es importante destacar que más allá de las creencias y religiones particulares de cada uno, el árbol de navidad en nuestra cultura es un objeto decorativo con una finalidad espiritual en el cual depositamos nuestros sueños y deseos representados bajo formas simples con la fe y la esperanza que la magia de la festividad nos propone.