Cuando uno se cambia de residencia se plantea el tema de la adaptación al nuevo barrio, lso niños al colegio, o los adultos al nuevo trabajo. Cuando el cambio es a otro país, la cosa parece complicarse y entonces ya se cruza que siel clima, las estaciones y, sobre todo, la cultura. A la hora de ir a hacer la compra ¿las cosas se llamarán igual en el mercado?, y eso contando si se habla el mismo idioma porque también uno se plantea si se encontrará con productos alimenticios nuevos, y que cómo se preparan, y que cómo se pronuncia. Bueno, y no hablemos de los horarios, que si en este lado del mundo se madruga demasiado y el día se termina demasiado pronto, que si me dejan sólo una hora para comer, … ¿y la siesta? ¿qué pasa con la siesta?
A veces me planteo que me gusta mucho japón, pero que no sé si aguantaría, como latina que soy, el ritmo de vida que parece que llevan allí, o si me adaptaría adecuadamente a su cultura. Sin emabargo me hizo gracia cruzarme con este mueble de diseño japonés, que ha cambiado un poco mi manera de pensar sobre la cultura nipona.
Se llama Inemuri-kun, que quiere decir algo así como siesta o cabezadita. ¡Qué alegría! ¡los japoneses tienen una palabra para la siesta! La traducción al inglés es más … no sé, Wood Rocking Relax Chair. Su creador es un fabricante demuebles de madera llamado Adachi Kizai Kogvo, que sólo puede realizar tres asientos de estos al día y sólo por encargo.
Su minimalismo es evidente a la vez que sorprendente. A pesar de su sencillez y de que aparente ser más bien incómoda por no llevar ningún tipo de acolchado o cojín, la Inemuri-kun es prefectamente ergonómica, se adapta a la forma del cualquier cuerpo, incluso al de un niño, y además, funciona como mecedora. Basta con tener un poco de habilidad, y la sencilla forma de madera comienza a balancearse y, claro, ¿así quién no se duerme un rato?
Más información. http://www.salvador.jp