La ventanas son los ojos por los que – desde la seguridad de nuestro hogar- miramos al mundo, los ojos de nuestros edificios, la comunicación y la barrera entre exterior e interior, de ahí su grandísima importancia. Aunque no son un mueble, sino un elemento arquitectónico, no podían faltar.
A veces tenemos –o buscamos- la oportunidad de cambiar las ventanas de nuestra vivienda. Escoger la ventana adecuada al espacio es muy importante para conseguir sensación de hogar y confortabilidad.
Lo primero es que las ventanas pueden ser el gran aislante del exterior – tanto ruidos como olores y otras molestias- como el mayor resquicio de aires, corrientes ruidos etc…. De un buen cierre puede depender que tengas sensación de vivir en medio de la calle o que te encuentres protegido.
La antiguas ventanas de guillotina han sido sustituidas por un montón de variedades que se pueden adaptar a cualquier necesidad o espacio: hay ventanas abatibles, abuhardilladas, basculantes, correderas, celosías, fijas, oscilobatientes, practicables, además de las clásicas.
También los materiales utilizados para su construcción han ido cambiando, mejorando en todos los aspectos, tanto para los cristales y sus propiedades como para las estructuras que los sujetan: la madera es el material más tradicional, aunque pueden ser de acero laminado, aunque cada vez más están siendo desplazados por materiales mejor acabados, más livianos y que requieren un menor mantenimiento, como el aluminio y el PVC, que además ofrecen soluciones constructivas más avanzadas.
El vidrio es el verdadero aislante, tanto térmico – con el consiguiente ahorro energético-como sonoro y también el elemento que permite el paso de luz. Antes hablábamos del cristal de la ventana y ahora ya como mínimo son climalit, thermoblast, aislaglass, etc…
Hay muchos tipos de vidrio que se usan para interiores de nuestras viviendas, básicamente se diferencian en sus procesos de fabricación y acabado, lo que se traduce en una mayor o menos resistencia, dureza, etc.. Hay vidrio flotante, laminar, armado, doble, templado, tintado, decorativo, pavés…
Quizá uno de los grandes avanzas sea el vidrio laminado: varias capas de vidrio unidas por películas de vinilos que le otorgan nuevas características, como flexibilidad – para darles formas para decoración-, resistencia a impactos – para cierres exteriores-, consistencia ante roturas –las lunas de los coches-. Gracias a ello son posibles construcciones enteras de vidrio.