De una fotografía a la otra el cambio es más que notable. En la primera el color blanco inunda todo el espacio, con una pintura lisa y sin tan sólo un adorno, aunque es posible que hayan sido retirados adrede para hacer la fotografía. Aún así el cambio sería espectacular.
El principal cambio es la pintura, que pasa del blanco nuclear a las rayas en tonos grises (gris claro y oscuro). Las tres paredes de la entrada y el cerco del arco que da entrada a la casa están pintadas de la misma forma.
En la pared de la derecha, ha incluido un pequeño aparador con cierto aire vintage, un espejo y una pequeña lámpara que más que ilumina decora y de relevancia al aparador (quizá demasiado junto a la lámpara de techo). Junto al aparador, tres perchas completan la pared.
Otra de las piezas que más llaman la atención es la lámpara de araña, restaurada y pintada en color rojo que contrasta con el gris de las paredes.
En la pared izquierda unos cuadros en blanco y negro completan la decoración, con un discreto paragüero y una alfombra que, a mi gusto, habría que suprimir.
Vía: Design Sponge