Se adivinan tiempos de celebración plagados de momentos mágicos para disfrutar con la familia y los amigos. Y muchos de esos instantes se producirán alrededor de la mesa de comedor. Te contamos todo lo que necesitas saber para cuidar tu vajilla de fiesta. Así lograrás que esté siempre perfecta, lista para tus cenas y comidas con invitados.
Parece que queda mucho tiempo, pero lo cierto es que, cuando menos te los esperes te darás cuenta de que la Navidad está a la vuelta de la esquina. Y, claro, cuando llegue traerá consigo momentos de auténtico placer… Y también mucho, pero que mucho trabajo.
Y es que los tiempos de celebración son así: divertidos… pero laboriosos. Alguien ha de encargarse de que todo esté preparado. De que la cena esté en su punto, la mesa puesta (y bonita, que para algo es Navidad), el árbol decorado…
Desde aquí, trataremos de ayudarte en la medida de lo posible, con trucos que te solucionen problemas y te ahorren tiempo. Como lo que quiero contarte a continuación: aquí tienes algunas claves para cuidar tu vajilla de las grandes ocasiones. Así estará impecable cuando prepares la mesa para la cena o la comida de Navidad.
Sácala y revísala antes de la fiesta
Si quieres evitarte sorpresas de última hora, no esperes hasta el final para sacar la vajilla de los días señalados. Mejor revísala unas semanas antes del día que vayas a utilizarla para asegurarte de que ninguna pieza está rota. Hay veces que estas cosas ocurren incluso sin usar la vajilla.
En caso de que te queden ya pocas piezas y tengas que comprar bastantes para reponerlas, puede que te salga más barato comprar una vajilla nueva. Las piezas sueltas son caras.
Si te decides por comprar una vajilla completa, no hace falta que tenga un montón de piezas, pero sí que sea de un color que combine con la que ya tienes. Así podrás mezclar los platos y coordinarlos en la mesa. Para esta segunda vajilla no necesitas comprar fuentes, soperas o ensaladeras, puesto que ya tienes esas piezas. Recuérdalo a la hora de comprar.
Cómo cuidar la vajilla
Antes de la celebración conviene que laves la vajilla utilizando un jabón neutro. Después ponla a escurrir hasta que todas las piezas se hayan secado perfectamente. Mejor usa poca cantidad de detergente, porque si te pasas te costará mucho más aclarar los platos.
Después de la comida o la cena, llega lo más laborioso: lavar la vajilla para que quede impecable. Basta que sea la vajilla especial de las grandes ocasiones para que no la metas en el lavaplatos. Merece la pena trabajar un poco más, si eso sirve para ayudar a que tu vajilla de fiesta se conserve perfecta durante más tiempo.
Así que llena el fregadero de agua templada y añade un chorrito de detergente y un poco de bicarbonato. Deja platos y fuentes en remojo durante unos minutos y después lávalos con una esponja suave. ¡No habrá mancha ni resto de comida que se le resista! Ya solo tienes que aclarar y dejar secar.
¿Y si es muy delicada?
Si tus platos de fiesta son muy delicados (por ejemplo, si has heredado la vajilla de porcelana de tu madre, que a su vez la heredó de tu abuela), entonces se hace necesario un tratamiento especial. Tendrás que tener mucho cuidado con los cambios de temperatura que afectan sensiblemente a estas piezas. Es decir, que no debes lavarla con agua muy caliente y nunca jamás, debes meterla en el microondas o el lavavajillas, ya que podría cuartearse.
A la hora de lavarla, no la frotes con un estropajo porque los dibujos y decoraciones que tienen estas vajillas suelen ser muy delicados. Mejor utiliza una esponja muy suave si es que tiene alguna mancha difícil.
Sumerge la vajilla en un barreño grande de plástico (así no se romperá si se golpea) con agua y jabón neutro. En el caso de que sea de porcelana blanca y se haya puesto amarillenta, puedes dejarla una hora en remojo en agua con unas gotas de amoniaco y después fregarla como siempre. Y si ha perdido su brillo original y está mate y apagada, añade al agua del lavado un chorrito de zumo de limón. Este truco suele funcionar bastante bien.
Una solución para las grietas
Las vajillas de loza son delicadas y a veces tienen fisuras y grietas que pueden acentuarse y ennegrecerse con el tiempo. No podemos repararlas así sin más, pero sí hacer que no se vean tanto. Para ello sumerge la pieza agrietada en un recipiente con leche caliente y déjala allí hasta que la leche se enfríe del todo. Incluso puedes dejarla toda la noche hasta el día siguiente. Notarás que las grietas se ven mucho menos.
Las grietas en las vajillas de porcelana mejoran mucho si las frotas con un bastoncillo de los oídos mojado en agua oxigenada.
Si sigues estas recomendaciones, tu vajilla de fiesta estará siempre como el primer día. ¡Ya lo verás!