Los interiores japoneses generalmente usan colores neutrales para brindar un fondo simple. Lo que se busca enfatizar es la arquitectura y como resultado proporcionar un sentido de orden geométrico.
Adicionalmente, los colores naturales minimizan el desorden, lo cual es esencial para el diseño oriental y su filosofía de simplicidad. Cuando se hace una declaración en un interior de estilo japonés, se hace usualmente a través de una simple exclamación de color o textura predominante.
Los colores de arte orientales son puros a diferencia de los occidentales, que suelen mezclar color y bocetos refinados, y es así como el arte oriental es más original. Esto significa que el color inicial es el resultado final.El arte de occidente generalmente es complejo mientras que el arte oriental es simple, fuerte y gráfico.
En las sociedades occidentales el negro no es considerado un color decorativo, sin embargo para los diseños de interiores de oriente es un color muy importante. El uso del negro en las habitaciones presta definición y forma.
Para la decoración oriental es muy importante saber trabajar con las texturas y los contrastes. Los materiales que vienen primero a la mente son el cedro, el papel de arroz, el maple, el bambú, la piedra y el mimbre. También podemos pensar en texturas como las ofrecidas por la seda, el suelo ensamblado (tatami floor) y los kimonos y obis.
La cultura japonesa busca balancear opuestos en todos los aspectos de la vida (ying y yang), y los interiores no son la excepción. Los acabados de los interiores pueden ser altamente contrastantes y aún así lograr el balance.
Ejemplos son pisos muy pulidos con alfombras altamente texturizadas, una caja laqueada sobra una mesa de madera áspera o piedras blancas en una caja de negra de granito.