Alguna vez nos ha pasado que mientras nos encontramos sentados en una silla con ruedas nos sentimos animados a pasearnos rodando por el suelo, vamos de pared a pared, reviviendo nuestra energía infantil, y terminamos paseando por todo el espacio en donde nos encontramos. Pues dibujar con sillas ¡ya es posible!
Terribles consecuencias puede tener este comportamiento tan divertido: podríamos haber rayado la madera de todo el lugar sin darnos cuenta; podríamos haber marcado la alfombra persa del salón; inclusive podríamos haber roto un florero mientras rodábamos sin control. El ejercicio es tan similar al dibujo con tinta que casi puede resultar irreversible en el parque de casa de nuestra madre.
Con el ánimo de sacar partido a este lúdico y dañino comportamiento infantil, el diseñador británico PHIIPPE MALOUIN ha indagado en estas características de las sillas de ruedas y ha creado un revolucionario elemento, mezcla de silla, patineta y bolígrafo.
Su idea ha sido la de convertir las ruedas de la silla en bolígrafos gigantes, cuatro paralelos, y permitir, por medio del desplazamiento, dibujar sobre grandes superficies. Cada una de las patas es un tanque de tinta independiente así que es posible tener cuatro colores en nuestro dibujo, además, la intensidad de las líneas puede definirse según la distribución del peso que hagamos. Este, sin duda, es un excelente motor para la creatividad de los chicos, un relajante muscular para los grandes y un método de castigo para quién sufra de vértigo.
Mayor información en la página web philippemalouin.com