El sofá es uno de los muebles más importantes de la casa. Es la estrella indiscutible del salón, la pieza que nos acoge en nuestros ratos de ocio y donde descansamos tras nuestras jornadas de trabajo. Y pocos sofás son tan decorativos y elegantes como el sofá de cuero. Hoy te explicamos las razones por las que elegirlo será todo un acierto.
Siempre me han gustado los sofás de cuero. Puede que sea por la nobleza del material, por el tacto natural de la piel o por la elegancia que este tipo de tapicería aporta al mueble (y en consecuencia al ambiente), pero el caso es que un buen sofá de cuero me parece una pieza muy decorativa para cualquier salón, ya sea de estilo clásico, industrial, vintage o totalmente contemporáneo.
Sin embargo, uno no se compra un sofá de cuero así, a la ligera. Hacerse con uno ha de ser una decisión muy meditada, ya que no es precisamente un elemento que se cambie cada dos por tres, sino que se supone que ha de acompañarnos durante bastante tiempo. Por eso lo mejor es tener bien claro cuáles son las ventajas y cuáles los inconvenientes de elegir un sofá de cuero para el salón.
Un sofá de cuero decora todo un salón
Hay pocos muebles en nuestras casas que sean tan decorativos como un sofá de cuero. Su capacidad para crear ambiente, para atraer todas las miradas, es increíble y eso le confiere una relevancia muy destacada. Si vistes tu salón con un bonito sofá de cuero, no necesitarás muchos más elementos para que el espacio tenga un aire especial.
Y aunque esto ocurre también con los sofás tapizados en otro tipo de tejidos, la variedad de modelos, diseños, colores y calidades es muy variada, por lo que seguro que encontrarás el sofá más adecuado para tu casa.
Pero, como ya sabrás, un sofá no solo ha de ser bonito. También tiene que ser cómodo y en eso el universo de los sofás de cuero incluyen una enorme cantidad de diseños, por lo que no será difícil encontrar un modelo que te guste y que, además, te resulte muy confortable.
Sus ventajas, al detalle
Ya hemos hablado de lo bonito y elegante que puede ser un sofá de cuero. Pues bien, una de sus mayores ventajas (si no la mayor) es que esa belleza puede mantenerse casi intacta durante muchos años, y eso es, sin duda, gracias a las cualidades del material.
El cuero es un material de gran belleza y, sobre todo, de gran durabilidad. Suele mantener sus bondades a lo largo del tiempo, incluso cuando envejece lo hace muy bien, con estilo y sin perder sus cualidades, lo que es un punto a su favor.
Otro factor que me parece clave es la facilidad de su limpieza y mantenimiento. Para tenerlo siempre perfecto solo tendrás quitarle el polvo con un paño suave, ligeramente humedecido.
Si tiene alguna mancha (algo que no es común) basta con limpiarla con una toallita impregnada en crema hidratante, como las de bebé. Existen limpiadores específicos para usar cada cierto tiempo y que dejarán tu sofá de cuero como nuevo.
Y para terminar con el mantenimiento, no está de más aplicar a la piel de tu sofá una crema protectora una o dos veces al año. Mejor compra una específica para cuero. Si sigues estas fáciles instrucciones, tu sofá estará limpio y precioso durante años.
De todas formas, si quieres mantener tu sofá de cuero perfecto años y años ten mucho cuidado con los objetos cortantes o punzantes, porque eso sí que puede dañar la piel de forma irremisible. Igualmente, aléjalo de cualquier fuente de calor y no dejes que los rayos del sol le den de forma directa.
Los inconvenientes, descúbrelos antes de decidirte
No todos son ventajas en lo que se refiere a tener un sofá de cuero. Hay ciertos inconvenientes que es necesario valorar y tener en cuenta antes de comprarlo, para después no arrepentirse.
El primer factor negativo es el alto precio de este tipo de sofás, que no suelen ser nada asequibles, ya que pueden costar más del doble que un sofá tapizado en tela. Además, en este sentido, es mejor no escatimar y elegir un modelo de calidad aunque tengas que invertir más dinero. A la larga lo agradecerás.
Otro factor negativo que puede tener el cuero es el hecho de que resulta frío en invierno y caluroso en verano. Esto sucede con la piel natural (aunque mucho más si se trata de pieles sintéticas). En invierno, resultan más cálidos otro tipo de tapicerías como las chenillas o los terciopelos. Y para el verano hay tapicerías que mitigan la sensación de calor o, al menos, no la incrementan como, por ejemplo, los algodones y los linos.
Ahora, con todos los datos en la mano y con las ventajas e inconvenientes bien aprendidos ya puedes decidir si quieres poner un sofá de cuero en tu vida. A mí me siguen pareciendo especiales, elegantes y muy bonitos. ¿Y a ti?