Después del día de Reyes la época más dorada y festiva llega a su fin. Es el momento de limpiar y guardar el árbol de Navidad, así como el resto de la decoración, desde los adornos a los centros de mesa y demás complementos.
Si perteneces al grupo de personas que se apasionan con la Navidad, seguro que a estas alturas te sientes un pelín triste. Las fiestas se acaban y toca volver a la rutina y a la vida cotidiana. Pero antes de dar ese paso y olvidarnos de adornos y bolas navideñas hasta el año que viene, tenemos un trabajo que hacer: limpiar y guardar el árbol de Navidad y todos los complementos que lo acompañan.
Mi primer consejo, y seguramente el más valioso, es que te pongas a la tarea cuanto antes. No caigas en la tentación de dejar para otro día la tarea de guardar el árbol de Navidad y pensar que es mejor hacerlo el fin de semana que viene. Si lo haces, es muy posible que surja cualquier cosa que te lo impida y te veas en febrero con el árbol en tu salón.
De hecho, en algunos lugares del mundo se considera que dejar el árbol en casa después del 6 de enero atrae a la mala suerte. Aunque no creo en estas supersticiones, sí pienso que lo mejor es ponerse manos a la obra una vez ha pasado el día de Reyes. Además, lo mejor es hacerlo de una sola vez, de manera rápida y eficaz. ¿No te parece?
Guardar el árbol de Navidad, ¿por dónde empezar?
Para hacerlo bien y en el menor tiempo posible, lo mejor es la planificación. De nada servirá que te pongas con buen ánimo a la tarea si después te das cuenta de que no tienes cajas disponibles para guardar las cosas, por ejemplo. Por eso lo mejor es que te pares a pensar qué vas a necesitar para guardar cada cosa y dónde vas a almacenar los paquetes.
Un árbol artificial, para que sea sostenible desde un punto de vista ecológico, ha de poder reutilizarse durante al menos diez años. Así que si quieres que el tuyo te dure tanto (o más) debes cuidarlo lo mejor posible. Olvídate de guardarlo de cualquier manera en el trastero y presta atención a las siguientes rutinas que tendrás que llevar a cabo. Piensa que no es tanto trabajo, puesto que solo tendrás que hacerlo una vez al año.
Una vez hayas retirado de todas las ramas adornos, espumillón y guirnaldas, conviene que limpies a fondo el árbol antes de guardarlo. Lo primero que has de hacer es eliminar el polvo con el aspirador. Ve pasándolo por todas las ramas a la menor potencia posible.
Cuando hayas terminado limpia tu árbol con un trapo mojado en una solución jabonosa rama por rama. Después deja que se seque durante unas 24 horas. Conviene que no seas impaciente y que esperes a que esté completamente seco antes de guardarlo, porque si no se estropeará por efecto de la humedad.
Ideas prácticas que ayudan
Cuando tengas tu árbol bien limpio y libre de polvo, ya podrás empaquetarlo. La mayor dificultad en estos momentos consiste en plegarlo lo suficiente. Las ramas se resisten a quedar bien unidas al tronco y parece casi imposible poder meterlo en la caja original.
Para solucionar este problema hay un truco que me parece genial y que consiste en colocar alrededor del árbol un cinturón viejo bien ajustado que reduzca su volumen. Seguro que ahora si te cabe en la caja.
En cualquier caso, si no dispones de la caja original en la que venía embalado tu árbol, siempre puedes hacerte con una funda específica. Con ella podrás guardar el árbol de Navidad y conseguir que se mantenga en perfecto estado.
Otra idea es conseguir unos tubos de cartón e ir guardando en ellos el árbol por partes. Eso sí, conviene que las etiquetes bien para que las próximas navidades no te vuelvas loco a la hora de montarlo.
Los adornos, a buen recaudo
En Navidad me encanta decorar el árbol con los adornos de siempre. Son para mí elementos queridos que me han regalado o he traído de otros lugares. Por eso me gusta guardarlos con cuidado para que no se rompan. Hay muchas formas de hacerlo, pero lo importante es que envuelvas los más delicados en papel de seda.
Las cajas de plástico transparentes son perfectas para guardar los adornos, porque nos permiten ver lo que hay dentro. Pero también puedes usar de cartón o de plástico opaco siempre que las etiquetes correctamente. Esto te ahorrará tiempo al año que viene.
Guirnaldas y adornos luminosos
Son uno de los elementos decorativos que dan brillo a la decoración navideña, tanto en el árbol como en otros rincones. Las tiras de luces deben guardarse bien enrolladas, sin enredos. Puedes usar un cartón para ir enrollándolas alrededor.
Si son a pilas no te olvides que quitárselas, al igual que al resto de adornos luminosos. Así no se oxidarán dentro echando a perder la guirnalda o el aparato en cuestión.
Ya ves que no es tan difícil ni tan laborioso limpiar y guardar el árbol de Navidad cuando la época festiva toca a su fin. Y aunque te parezca una tarea aburrida, conviene hacerla bien para mantener tu arbolito como nuevo año tras año y Navidad tras Navidad. ¡Manos a la obra!