Una de las tendencias decorativas tal vez más antiguas pero con mayor vigencia es la que presenta el engaño a los sentidos para estructurar espacios diferentes, la misma es una técnica central que los artistas clásicos explotaron muy bien y pusieron de manifiesto en varias de las obras que los personajes trascendentes de su época encargaron confeccionar.
Se trata de las ilusiones ópticas en la decoración, técnicas que explotan las características con las cuales el ser humano percibe los conceptos de espacio y profundidad, confinando así verdaderos destaques únicamente conceptuados en el genio creativo que los desarrollo.
Estas técnicas son muy comunes en el arte urbano, y muchos artistas contemporáneos desarrollan la tendencia en plena calle, creando obras majestuosas generalmente patrocinas por entidades culturales que actúan en conjunto con los ayuntamientos locales, pero trasladándonos al interior de nuestros hogares y sin la presencia del creativo las tendencias graficas y la impresión digital se presentan para crear ilusiones similares.
Se trata de engañar a los sentidos en la concepción de profundidad y dimensión, generando de tal manera una concepción completamente falsa pero sumamente realista gracias a la capacidad técnica de la impresión de alta definición.
Por otra parte y localizándonos en el mobiliario el mismo también se ve afectado por la característica técnica, y muchos artistas apuestan a su implementación cómo forma de diferenciar sus productos, este es el caso de la denominada mesa mágica, la cual simula flotar sino fuera porque el supuesto mantel que la cubre es acrílico.
Este tipo de decoración puede encontrarla en muchos casos inapropiada, atractiva pero difícil de implementar, lo cierto es que es ideal y la solución perfecta para espacios comerciales de servicio, cómo la alta gastronomía donde si lo que busca es marcar un diferencial con sus competidores esta es una idea rentable y nada trabajosa.