No parece cierto que la silla que vemos en la primera imagen sea la misma que la segunda, pero parece ser que sí. Con unas manos de pintura y el tratamiento adecuado, una silla vieja y oxidada puede convertirse en un moderna, llena de color y con capacidad para integrarse perfectamente en el ambiente.
Aunque la silla esté oxidada, siempre y cuando su estructura sea resistente y no esté corroída, se puede reutilizar y pintar del color y el estilo que prefiramos.
Vía: Design Sponge