Existen objetos decorativos que cumplen además de su fusión ornamental una característica propia que identifica a quien lo implementa en su concepto mas puro de la belleza, uno de ellos son las lámparas y no cabe duda que siendo portadora de estas características exista una gama tan amplia de posibilidades a la hora de seleccionar las luminarias para nuestra decoración.
Pero existe una categoría dentro de este amplio universo que toma distancia, y se diferencia del resto, nos referimos a las luminarias para escritorios o estudios, las mismas son aunque pueda sonar descabellado una muestra fidedigna del concepto estético de su dueño, y una representante de lujo para la tendencia aplicada en el espacio.
Incluso muchos de los modelos mas característicos o populares de la tendencia son elevados en escale conformando así una imponente pieza que decorara nuestra sala con un notable valor agregado, y es que la misma no es un pieza novedosa sino una muy conocida pero totalmente desproporcionada, como la conformada por la empresa británica 1227 Anglepoise digna de admiración.
Incluso en los tiempos modernos y sobre tendencias bien orientadas hacia el futuro y el novedoso concepto de la línea y el color, las lámparas de escritorio retro o antiguas, se cotizan de sobre manera como pieza ornamental, y nos referimos precisamente a su costo, sino al aporte que las mismas efectúan al ambiente en su carácter atemporal, proporcionando un toque de intimidad y por supuesto generando lo mas importante de cualquier espacio el ambiente, el mismo condicionara nuestra actividad a desarrollar, fomentándonos la lectura, el acogimiento y por sobre todo la idea fundamental de pertenencia.
Otros artistas mas innovadores como los diseñadores de la compañía System Design Studio, crean piezas únicas singulares y sumamente características, las cuales no solo aportan belleza sino funcionalidad, como la destacada ilamp, una lámpara para escritorio flexible adaptable a cualquier estructura y de una notable vanguardia.
Lo cierto es que las lámparas de escritorio son únicas, y disponen de un carácter atemporal que las convierte en una pieza digna de deseo incluso muchas veces hasta de admiración, su elección no es sencilla aunque debe cubrir las necesidades de su implementación sin perjudicar la estética de la decoración aportando un plus que pocos objetos decorativos pueden lograr.
