Con esto de que se acercan las fiestas, me suele entrar ansiedad por hacer cosas diferentes. No suelo ser la mejor anfitriona, más que nada porque pocas veces me lo he propuesto. Al ser la menos de la casa y al vivir lejos de mi familia, siempre he actuado de invitada a las fiestas familiares y de niña mimada, por supuesto. Sin embargo, siempre he tenidola ilusión de ejercer algún día de Madre Oficial en la cena de navidad. De hecho tengo una larga mesa para seis, ampliable para ocho, manteles bordados por mi suegra y una vajilla muy mona, regalo de boda, que he decidido usar a diario a ver si se desgasta y me ocmpro otra. También es cierto que me gusta cambiar. Volviendo al tema de esta época y que no es la crisis, las cenas familiares se avecinan y a una le haría ilusión recibir como Dios mandas a sus invitados.
Así que me he puesto a la tarea. Obejtivo, poner la mesa en condiciones. Pensé ¿qué tal un servilletero hecho con estas manitas?…. hummm, tal vez, ¿una vajilla nueva? estamos es crisis, ya lo he dicho, ¿otro mantel de navidad? ¿cartelitos para indicarle su sitio a cada uno de los invitados? No, quería algo diferente. Fue entonces cuando me planteé la búsqueda en otro sentido, y es que no todo lo de esta época tiene que tener tono navideño.
De esta manera encontré estos preciosos mantelitos individuales troquelados. Están hechos de papel de gramage más o menos grueso y resistente, y, por la variedad de sus motivos, son ideales para distintos tipos de cenas o comidas, San Valentín, cumpleaños, inauguración de pisos nuevos, bodas, naciemientos de bebés, y, por supuesto, Navidad, aunque los hay también para una noche informal (a mí es que el mantelito de l aVespa me ha robado el corazón). Están inspirados en los clásicos libros infantiles con relieves, y de hecho las siluetas tienen un encantador aire vintage. Están disponibles en color blanco, negor, blanco roto, kraft y, precisamente como lo buscaba yo para estas fechas, en rojo.
Más información