En nuestra casa paterna han existido, y aun se conservan, una cantidad de muebles que aunque sean antiguos y se vean un poco desgastados y viejos, siempre nos han parecido hermosos, más allá de su estilo o lejos de que representen para nosotros mucho de historia personal. Los muebles antiguos tienen a su favor la generosidad de su medida y la perfección de su fabricación; son, por lo demás, producto del trabajo de las manos de un experto y su material de construcción tan valioso como el mueble mismo.
No es un a tontería pensar que debemos reutilizar estos muebles; cada vez que recibimos uno en depósito o herencia saltan lágrimas de nuestros ojos, de felicidad y de tristeza. Tampoco debemos dejar de lado el hecho de que nosotros también debemos acrecentar la colección familiar, adquiriendo muebles valiosos, por su diseño, su calidad y su fabricación, pensando en que nuestros hijos los hereden, y con ellos una tradición e historia familiar.
Existen en el mercado una lámparas, de pie y de mesa, que por sus cualidades resultan ideales para acrecentar esta selección de objetos valiosos de la familia.
La lámpara TILE, que cuenta con una bellísima base de cerámica y con una pantalla hecha a mano en el mas fino algodón indio, la encontramos en dos tamaños: la larga, ideal para el salón o la oficina, mide 119 cm de alto y su base 49 cm, la pantalla es de 65 cm de alto y su diámetro de 45; y la pequeña, que lucirá perfecta en la habitación de los niños o en la principal, mide 85 cm de altura y la base tiene 24 cm.
Mayor información en la página Web www.leebroom.com.