Me encuentro en un momento en el que debo reorganizar mi cocina. Después de dar por perdido un plato, con unas ilustraciones a mano que me regalaron cuando era pequeña, y encontrarlo finalmente en un armario que nunca abro, he decidido reestructurar tanto desorden.
Por ese motivo me han ido tan bien los consejos que os quiero contar, ya que he logrado sacar más partido a los cajones. El ejemplo lo trae consigo esta cocina, que ha sabido darle otro juego a sus cajones y al espacio que ocupan.
El primer caso lo ocupa este cajón-cesta, en él han sabido combinar la función del mueble y los materiales que se utilizan. Así les ha quedado un bonito cesto para alimentos, sin necesidad de nevera, situado en la parte inferior del mueble dónde se cortan las frutas y verduras.
Aunque me gustan mucho como se ven todos los platos de la vajilla rutinaria sobre la pica, debo decir que caben más y ocupan menos espacio colocados unos sobre los otros en un cajón. De esta manera evitas tener muchas cosas a la vista.
Para la ollas y el resto de batería de cocina, hay una opción que consiste en un cajón doble, y no precisamente por las dos puertas del armario. En la parte inferior y ganando más espacio, colocamos las ollas. Las tapas irán en la parte superior, dónde un cajón más pequeño las acoge todas y, no le quita apenas espacio a las ollas. Todo un ejemplo de orden.
Con las conciencias comprometidas con el medio ambiente, los cubos para el reciclaje selectivo entorpecen el paso en la cocina y acaban por ocupar más espacio del deseado. La idea de colocarlos en el interior del armario, separados por dos cubetas lo suficientemente grandes para no acabar llenas rápidamente, es la mejor solución. Así ocultamos la fea imagen de la hilera de cubos en el suelo de la cocina.
Si aun tenéis las especies colgadas de un pequeño balconcito en alguna pared, os gustará saber que también pueden ir ocultas en un cajón, y colocadas de tal manera que cogerlas y usarlas es fácil y rápido.
Una cocina al más puro estilo Inspector Gadget.