Pagar por lo imaginado: porches, pérgolas y cenadores proporcionados

Pagar por lo imaginado: porches, pérgolas y cenadores proporcionados

Pagar por lo imaginado: porches, pérgolas y cenadores proporcionados 1

Como este es un tema que me encanta, a veces paso mucho tiempo observando fotos e imágenes de estructuras de madera para exterior: pérgolas, porches de madera con cubierta, cenadores… y francamente me sorprende lo que veo.

En muchas ocasiones la estructura es “de lujo”; proporcionada, elegante, totalmente integrada en el lugar donde está. Hasta aquí perfecto. Sin embargo, también observo muchas estructuras francamente desastrosas: destartaladas, excesivamente altas, con unos pilares y vigas tremendamente grandes, o demasiado raquíticos, con caídas imposibles en las cubiertas o, sencillamente “chaparras”.

Analizando unos y otros resultados, la conclusión es que el problema, en estos casos, ha sido la improvisación y la falta de un proyecto previo, que nos permita ver cómo quedará la instalación antes de realizarla.

No es suficiente escuchar “esto quedará precioso”. Este adjetivo es totalmente subjetivo y muy facilón. La persona que atiende a un cliente debe aconsejarle y exponerle también sus objeciones o comentarios con sinceridad, incluso para decir en ocasiones “así no”. El cliente no es siempre un experto en estructuras de madera y a veces, lo que pide no es realizable o no quedará como espera. Es labor del profesional asesorar, conociendo sus gustos y necesidades, qué es lo más recomendable.

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En todo caso, una vez llegado a un acuerdo, debe elaborarse un plano o un dibujo de la estructura, con cotas. Si contrata la instalación de un cenador, por ejemplo, observe en el arranque de obra de qué modo el comercial que se lo ha vendido da las instrucciones al carpintero montador. ¿Le hace entrega de un plano? ¿Todas las medidas están previstas?, ¿Está usted de acuerdo con ese dibujo? ¿Conoce el montador exactamente todos los detalles? Entonces vamos bien.

Ahora imaginemos el peor de los casos: el vendedor le “cuenta rápidamente” al carpintero qué debe hacer, no le entrega un dibujo detallado, además es el carpintero (que nunca ha hablado con el cliente) quien debe inventarse las alturas y otros detalles. Si es así mucho cuidado, una descripción escrita de un cenador puede tener infinitos resultados.

Asegúrese de que va a pagar por lo que ha imaginado
. Esto también es calidad; compremos calidad.

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Colaboración: Dmaspv

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