Pasa el tiempo y un buen día te das cuenta de que tienes que renovar la cocina. Los armarios se ven muy usados. No es que estén estropeados del todo, pero han perdido su lustre y le dan al espacio un aspecto descuidado y viejo. Pues bien, aquí tienes una idea para renovar la cocina que podrás hacer tú mismo: pintar los muebles de la cocina para dejarlos como nuevos.
Renovar la cocina no es algo que nos planteemos hacer todos los días. La mayoría de nosotros evitamos tener que pensar que llegará el día en que no podamos retrasarlo más. Entonces las obras serán algo totalmente ineludible. Sin embargo, hay otra forma de mejorar mucho el espacio: pintar los muebles de la cocina para renovarlos por completo.
Este tipo de tareas que, aunque tienen su aquel, podemos hacer nosotros mismos, nos ayudan a darle un nuevo aire a un espacio determinado. Cuando terminemos el trabajo, nuestra cocina aparecerá renovada, limpia y actualizada. Y el cambio no nos habrá supuesto ni molestas obras, ni una gran inversión de tiempo o de dinero.
Pintar los muebles de la cocina, ¡una idea genial!
Si tus muebles de cocina están viejos y tienen un aspecto gastado, ahora puedes darles un aspecto renovado con una simple mano de pintura. Seguro que no te habías planteado antes que, con ese pequeño gesto, tu cocina cambiará por completo.
Aunque tienes que observar ciertas reglas para lograr un trabajo perfecto, realmente no se trata de una tarea complicada, más bien al contrario. Si trabajas con orden y limpieza, pintar los muebles de la cocina será pan comido y el resultado te encantará. ¿Te animas a intentarlo?
¿Con qué los pinto?
A la hora de pintar los muebles de la cocina no nos sirve cualquier pintura. Hemos de elegir esmaltes de calidad, capaces de resistir el trote diario de estos muebles. Por eso, aunque existen esmaltes acrílicos muy buenos, yo te recomendaría que usaras esmaltes sintéticos. Fabricados a base de polímeros y resinas especiales, este tipo de esmaltes son muy resistentes a los golpes y arañazos, y presentan una gran elasticidad.
Tienen muchas ventajas: son lavables y, una vez bien secos, se limpian fácilmente con agua y jabón. Esto, en un espacio como la cocina, es algo muy importante, ya que tendrás que estar pasándoles el trapo continuamente.
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Se aplican directamente sobre la superficie a pintar, sin tener que dar una imprimación previa a los muebles. Imagínate el tiempo y el trabajo que te ahorras con ello.
Además, se trata de esmaltes de última generación que permiten conseguir un acabado muy uniforme. Se aplican con rodillo, y no dejan marcas de ningún tipo. Existen pinturas para muebles de cocinas y baños que soportan sin inmutarse la humedad.
Elige el color que más te guste (tienes una extensa gama para elegir) o mézclalos para lograr tu favorito. Y, en cuanto al acabado, encontrarás varias opciones para elegir: mate, satinado, alto brillo, efecto laca, etc.
Manos a la obra: el trabajo, paso a paso
1. Lo primero que tienes que hacer cuando vayas a pintar los muebles de la cocina es preparar los armarios adecuadamente. Para ello comienza por retirar los tiradores con ayuda de un destornillador de tamaño adecuado. En el caso de los armarios, quita también las bisagras para sacar las puertas y pintarlas así más cómodamente.
Este es un buen momento para cambiar los tiradores de puertas y cajones de cocina. Así conseguirás que los muebles parezcan nuevos. Elige los que te gusten y, si los agujeros no coinciden con los viejos, tápalos con masilla, deja secar y lija. Después haz los agujeros para los nuevos tiradores.
2. Ahora tendrás que limpiar a conciencia los muebles. Ten en cuenta que el resultado final depende en gran medida de que las superficies estén bien limpias y sin grasa. Puedes fregarlos primero con agua y jabón y, si están muy sucios, aplicar un producto antigrasa. Deja que se sequen muy bien antes de comenzar a pintar los muebles de cocina.
Pintar con rodillo
3. Llega el momento de aplicar la primera capa de esmalte. Hazlo con ayuda de un rodillo especial para este tipo de trabajos. Si necesitas diluir el esmalte, hazlo añadiendo un poco de disolvente (si el esmalte es sintético) o agua (en caso de que estés usando un esmalte acrílico).
Recuerda ir aplicando pintura poco a poco, sin mojar demasiado el rodillo. Pásalo siempre en el mismo sentido, ya sea horizontal o vertical. Es importante que no cruces las pasadas para no dejar marcas. Deja secar al menos 24 horas.
4. Una vez transcurrido este tiempo puedes aplicar una segunda mano de esmalte. Vuelve a dejar que se seque, esperando otras 24 horas.
5. Conviene aplicar un protector que aumente la resistencia de la pintura frente a los impactos y los roces. Ten en cuenta que la cocina es un terreno hostil, y que necesitas muebles que aguanten bien. Antes de aplicar el protector has de esperar entre 24 y 48 horas (ni menos, ni tampoco más).
6. Termina el trabajo colocando tiradores y bisagras y poniendo las puertas en su sitio. ¡Listo!
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Ahora tu cocina parece otra, ¿no crees?