En multitud de ocasiones hemos comentado la «afición» que tienen los niños a pintar cualquier rincón de la casa como si de un lienzo gigante se tratase. Paredes o muebles son sus lugares favoritos para plasmar su arte. Afortunadamente el diseño se pone cada vez más de parte de los padres creando productos que eviten los desperfectos pero dejando libre albedrío a la imaginación infantil.
Un ejemplo de ello son las pinturas de pizarra con las que podrán pintar una y otra vez, sólo pasando un paño para limpiarlas. Ahora encontramos en Opendeco otra solución de la diseñadora Charlotte Friis: una silla-pizarra. O mejor dicho, una silla-libreta, ya que se compone principalmente de un gigante rollo de papel que podrán ir desenrollando y sobre el que podrán ir pintado.
Está pensada para niños de entre dos y siete años y se compone de dos rollos (inspirado en el papel higiénico), uno a cada lado, que en realidad son un pliego continuo de papel que se desenrolla por un lado y se enrolla por otro.Tiene alrededor de 500 m. de papel por lo que podemos calcular un gasto de 100 m. por año, demasiado teniendo en cuenta que puede ser que unos días lo utilicen mucho y otros días ni lo miren.
Además de un diseño perfecto para niños, también es un esfuerzo por concienciar a la población del reciclaje y la ecología, del uso a veces irresponsable que hacemos del papel y también de necesidad de adquirir muebles y objetos decorativos que al mismo tiempo sean funcionales y sostenibles.
Más información: Charlotte Friis